EL PLAN ESTRATÉGICO DE LA MIDIT

El Plan Estratégico de Desarrollo Económico Local de la MIDIT busca avanzarse en los cambios que, derivados de decisiones ajenas en el territorio, inciden y pueden llegar a tener un carácter letal sobre la ocupación y la actividad económica, dada su elevada dependencia de un sector, la producción energética nuclear en este caso. Por este motivo el hecho de propiciar procesos que favorezcan la diversificación económica y la consiguiente generación de ocupación, se convierte en el principal reto del Plan.
El otro gran reto que se plantea en el lanzamiento del proceso de planificación estratégica, es la voluntad de integrar el sector privado como un sujeto activo que participio en el proceso por medio de la aportación de ideas y opiniones de forma que la resultante sea un Plan Estratégico de Promoción Económica público-privada, es decir, establecido por medio del consenso sobre las prioridades, estrategias y proyectos a desarrollar a lo largo de su implantación

2008 2020Se trata de actuar de manera conjunta y coordinada, después de haber identificado las oportunidades para el largo plazo, de forma que las actuaciones a corto y mediano plazo con un trabajo persistente, tengan resultados coherentes; en definitiva, existía la voluntad pública de dejar de actuar reactivamente a corto plazo, como una simple suma de componentes, y se ha querido actuar proactivamente para generar escenarios de confianza para que el sector privado actúe invirtiendo y generando actividad económica y ocupación.

Una de las espoletas de esta voluntad pública local, se encuentra en el cambio de ciclo económico de gran expansión que ha generado ocupación, y también en la política pública de energía del Estado español, vigente en 2008–2010, que ha comportado “cuestionar” la energía nuclear, hecho que tiene una incidencia especial en el territorio en la perspectiva del año 2020. En definitiva se querría liderar y dirigir las políticas de promoción económica, y en concreto de desarrollo económico local (DEL). El DEL en zona energética, y con un énfasis especial en la energía nuclear, es una realidad que ha estado posible en el territorio; pero este hecho no excluye que se pueda seguir facilitando al máximo la diversificación económica, en base a sus realidades y potencialidades no materializadas.